Tránsitos de Saturno

Creciendo a partir del límite

Desde los egipcios, pasando por los griegos y los romanos, todos los pueblos han expresado en sus mitologías el simbolismo del planeta Saturno asociándolo al tiempo, la agricultura y los correspondientes ciclos de la Tierra implicados. También, se lo relaciona con el orden social, la civilización y la ley heredada del padre. El animal mítico correspondiente a este planeta es la cabra, y recordemos que este animal habita en las montañas, de allí que los minerales y el orden geométrico propio de los cristales como expresión de máxima dureza y rigidez, también le correspondan a Saturno. La imagen del anciano y sabio Moisés subiendo solo a la cumbre de la montaña para recibir la Ley del Padre es una de las imágenes más adecuadas.

Este planeta, que rige al signo de Capricornio, fue temido en la época medieval por considéraselo maléfico, portador de malos augurios y causante de tristeza o depresión. En realidad estas asociaciones puramente infundadas se corresponden con la falta de madurez de la psiquis colectiva de aquellas épocas, que al observar su órbita como punto final del sistema solar lo consideraban portador de la muerte. Sin embargo, en las escuelas esotéricas más antiguas era llamado el Señor del Umbral, en el sentido de puerta al crecimiento y la revelación espiritual.

Cuando Saturno aparece en nuestras vidas (su tránsito se percibe cada 7 años) es señal de que deberemos madurar, redefinir y aprender nuestros límites enfrentando los temores y las dudas que naturalmente surjan en el proceso con sabiduría y responsabilidad. Saturno representa un principio generador de situaciones cuya resolución esta en gran medida en las manos del nativo. Por esta razón, he preferido no separarlo en aspectos tensionantes y fluidos, ya que suelen darse escenarios similares en ambos casos. La diferencia fundamental está en la actitud y el posicionamiento frente a los desafíos y límites, que en los aspectos que implican tensiones a veces parecen venir de afuera de nuestro ego (el mundo externo, los otros o incluso el propio cuerpo) mientras que en los fluidos es como si los encarnáramos a modo de una necesidad propia.

 

En una lectura más moderna, este elemento/planeta representa una función equiparable a la del registro simbólico (Lacan), aquí la función paterna como “terceridad” que posibilita romper la relación especular imaginaria significada por la Luna/Cáncer,(signo justamente “opuesto” a Capricornio en el mándala zodiacal) es un poco el camino a seguir. Por este motivo es en esta función-Saturno operando como fundamento contractual donde la sociedad adquiere su carácter juridiforme. La articulación entre Forma y Ley como opuesto complementario a Interioridad Nutricia y Endogámica (indiferenciada) es la clave para comprender a Saturno y sus Tránsitos. Desarrollaré más el tema particular desde la articulación psicoanalítica en artículos futuros.

Efectos del tránsito

Por tratarse de un aspecto referido al Sol, que a su vez representa la vitalidad, la expresión, el ego, la autoridad interna, el sentido de identidad y la voluntad entre otras cosas, el camino del aprendizaje será duro. La sensación de insatisfacción personal e inadecuación movilizarán un proceso muy íntimo y solitario de transformación tendiente a corregir los errores del pasado. También es muy clara y fuerte la percepción de que los superiores (el propio padre, el jefe o la sociedad) no otorgan el reconocimiento necesario. Al que se resista a enfrentarlo, este período le hará sentir una considerable falta de energía, volviéndolo negativo, desconfiado y pesimista. Pero aquel que sea capaz de verlo como una oportunidad, obtendrá enormes beneficios. Personalmente, he comprobado que otorga extrema constancia y capacidad de concreción.

Es una época de grandes crisis personales y esfuerzos donde más de una vez todo parece confabularse en contra del nativo, con retrasos, obstáculos, problemas (sobre todo con los que representan algún tipo de vínculo con la ley o la autoridad), y rachas de mala suerte que interfieren con las metas proyectadas y los deseos personales. Parecerá que son los demás quienes se oponen o desafían, obligando al afectado a reconocer el derecho de los otros y la importancia de negociar para satisfacer los propios deseos. Es común sentir con este aspecto el peso de los compromisos asumidos hasta el momento y la necesidad de hacer algo importante que sólo se logrará con un penoso esfuerzo solitario. Si siente que sus energías no son suficientes y no puede manejar las situaciones, lo aconsejable será no innovar, refugiarse en las rutinas ya conocidas y esperar a que pase la tormenta, aún cuando personalmente tomaría esto como última alternativa, ya que sería evadir el aprendizaje necesario para las próximas etapas.

En esta fase de la vida, el individuo debe lograr sustentarse, tanto en el plano emocional como en el económico. La suma y la síntesis de lo aprendido los años anteriores en unos casos y el estudio de alguna carrera superior en otros, ayudarán a los nativos a lograr mayor autocontrol, responsabilidad y seriedad consigo mismos y con aquello que emprendan. Como ya señalé, el aprendizaje requiere soportar vivencias difíciles, como cierta sensación de impotencia y una dosis de miedo al fracaso. Por ello, muchos buscarán asumir trabajos y proyectos muy serios a largo plazo y que requieran extrema firmeza y sentido del deber.

Aquellos que, en cambio, logren realizar la maduración interna necesaria y que con entereza estén dispuestos a modificar su personalidad de acuerdo con lo que la vida les está mostrando, superando miedos y pesimismos, transformarán la crisis en oportunidad. El fortalecimiento resultante los llevará a logros impensados años anteriores, muchos serán ascendidos en sus puestos o experimentarán un mejoramiento de su nivel social. Las claves para lograrlo serán: voluntad, constancia y valor.

(Texto tomado de mi libro Predicciones 2009-2010 con correcciones. Todos los derechos reservados. Puede ser reproducido citando la fuente y mi sitio web: http://www.astronoa.com.ar)

El Saturno mitológico devorando a sus hijos -Obra de Goya-

 

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